Sol Cultural
La calle donde nunca se pone el sol
La calle del Sol es una calle de Santander que concentra en menos de 300 metros asociaciones culturales, galerías de arte independientes, librerías, centros culturales, espacios escénicos y de fotografía y una serie de bares con programación cultural propia. Apartada del bullicio de lo paseos y las playas santanderinas, la calle del Sol se ha convertido en un punto de encuentro de artistas, noctámbulos, bohemios, vecinos, soñadores, intelectuales y curiosos que suele descolocar al forastero que llega con ideas preconcebidas sobre esta ciudad.
En este entorno nació hace diez años Sol Cultural, o lo que es lo mismo, la colaboración espontánea y libre de galeristas, artistas, comerciantes y hosteleros de la zona para celebrar y compartir acciones conjuntas abiertas a todo el mundo. Las propuestas culturales del Sol, similares en objetivos e intención, se han nutrido siempre de la participación, la implicación y la amistad de las gentes de esta calle, los habituales y los que están de paso.
La Calle del Sol nunca fue una más de Santander. Un día, la ciudad terminó de hacerse aquí, donde se acabaron las casas. Al día siguiente comenzó a construirse de nuevo a partir de este punto. En medio del monte, mirando al mar de la bahía. Muy arriba o muy abajo, según quién la tratara. La más antigua del Santander moderno y la más moderna de la ciudad antigua. Una calle en la que siempre ha sido difícil estar descolocado y que, quizá por eso, fue durante años hogar de pescadores, acostumbrados al trasiego de la mar. Por eso y por la calidad de su brisa nocturna acabó siendo el lugar predilecto de generaciones de creadores e inconformistas en algún momento de sus vidas.
Cada tarde, cuando el sol empieza a caer, siempre es posible encontrar a viejos amigos en el Sol. Y esta asociación, decana de los movimientos culturales de calle en Santander, se empeña con obstinación y esfuerzo en recordarlo cada solsticio, cada estación, cada año.