Los mil rostros del libro
Previo al acto oficial de inauguración de esta muestra, José Manuel Ruiz Martínez (comisario de la exposición) realizará en la sala Casyc Up del centro una entrevista pública a Angel Uriarte, ayudante de Gil durante mas de dos décadas, y diseñador jefe de Alianza tras la salida del diseñador cántabro.
Entre sus títulos más emblemáticos cabe señalar ‘Historia universal de la infamia’, de Borges, con un globo ocular bien definido saliéndose de su órbita; ‘La culpa’, de Carlos Castilla del Pino, con una manzana abierta por la mitad cuyo corazón se afanan en comer tres nerviosas moscas; ‘Tristana’, de Galdós, representada por la pierna ortopédica inmortalizada por Buñuel; la portada de ‘Crimen y castigo’, de Dostoievski; o la inquietante y delgada línea vertical roja que se abre camino entre las sombras para anunciar ‘El corazón de las tinieblas’, de Conrad.
Desde muy joven Gil sintió inclinación hacia las artes plásticas lo que le llevó a estudiar Artes y Oficios en Santander y realizar posteriormente estudios de Bellas Artes en Madrid, carrera que abandonó para regresar a su ciudad natal. Ya en Santander, se incorpora a los círculos artísticos y literarios de la época, en compañía de su hermano Francisco. En 1951 realiza su primer diseño de cubierta destinado el libro de Manuel Arce ‘Carta de paz a un hombre extranjero’, editado en Santander, en la colección ‘Flor’. En los años cincuenta estudió en la Escuela de Ulm, dirigida entonces por Otl Aicher. Una vez en España se dedicó al diseño de discos, pero en 1966 comenzó a trabajar para Alianza Editorial, de la mano de Javier Pradera, donde desarrolló su obra más conocida: las portadas de la colección ‘El Libro de Bolsillo’.
Gil rompió con una estética editorial excesivamente convencional para introducir un nuevo lenguaje.
Durante años contribuyó a crear una de las imágenes más sólidas y atractivas del diseño y se convirtió en un referente. Colaboró, no obstante, con otras editoriales, caso de Península (Madrid), Euros (Barcelona), Helios (Madrid) o Mondadori (Madrid). En 1992 abandonó la editorial en la que había trabajado durante más de veinticinco años y emprendió otras actividades entre las que es preciso destacar su labor en el Museo Thyssen-Bornemisza, donde realizó su símbolo gráfico. El único diseñador español que cuenta con la Medalla de Oro de las Bellas Artes, daba nombre, asimismo, a uno de los premios más importantes de esta faceta creativa. En la exposición se revisarán sus diversas etapas creativas, desde su primera vocación, la de la pintura y las artes visuales; a su riqueza creativa para dotar al mensaje gráfico de sus cubiertas de la misma riqueza de significados posibles que, en principio, era exclusiva del texto del libro. A su muerte, con 74 años, en 2004, el mundo cultural coincidió en destacar el «rigor compositivo, tipográfico y fotográfico de sus diseños impecables».